MENOPAUSIA Y CIRCUNSTANCIAS

Una historia cualquiera

Marta tiene 48 años. Desde hace un año y medio tiene reglas irregulares. Su madre tuvo la menopausia a la edad de 47 años. Nota cambios subjetivos. Lo primero es que su estado de ánimo ha cambiado. Su marido se lo dice y sus hijos. No está deprimida, pero si su status anímico es bajo.

Nada la estimula

Bueno quizá ha sido todo lo que ha ocurrido, la pandemia, estos dos años han sido terribles. Su marido estuvo a punto de perder el trabajo y los críos no son capaces de estar parados, parece mentira que ya con la edad que tienen no sean un poco conscientes. La casa le cae encima. Su deseo sexual, su libido ha caído como una piedra tirada al mar. No le apetece nada tener relaciones, pero lo peor es que “ese bajón” lo nota en su falta de emoción por todo. Una amiga le ha comentado que debe hacer ejercicio, otra le dice que se corte el pelo. Qué fácil y simple. En algún momento se le saltan las lágrimas.

Y no hay nadie que le entienda

Su ginecóloga pasa de ella. Todo son quejas; no sabe enfocarlo bien. Le hace el estudio rutinario. Le ha pedido una densitometría. Bueno su colesterol ha subido un poco y ahora dice que debo hacerme una ecografía del tiroides porque la TSH ha subido. Que estoy cerca de tener hipotiroidismo. Por eso he ganado peso. No logro dormir bien. Concilio pronto el sueño, porque llego a la cama agotada, pero a las dos horas, ¡zás! los ojos abiertos. Unas veces vuelvo a dormir y otras pues cerca de dos horas pasando el tiempo. Por la mañana está echa migas. Y así un día tras otro. Una noche tuvo unas contracturas musculares muy fuertes. Y recurre a los analgésicos a veces en exceso. Pero ¿quién aguanta el dolor?

Hizo un sobreesfuerzo con una bolsa llena de comida. Sí, se la podían haber traído, pero no ella…hala!! A cargar. Y ahora siente como el hombro derecho y la zona lumbar le tira. Lo único que le gusta comer es dulce. Ha cogido un terrible deseo de tomarse unos yogures con chocolate que están buenísimos. Muchas veces tiene sensación de ser un globo. Está globalmente hinchada y estreñida. Siempre lo fue, pero ahora es penoso. Una hemorroide le hace polvo.

Su hermana mayor le avisa

Uff, y eso que no tienes los sofocos. Vas a ver. Como sean iguales a los míos, prepárate”-(qué manera de ayudar y animarla). Pero hace dos días tomó una decisión. Se acordó de su madre y del periodo final de su vía, encorvada con la osteoporosis. Cuando se cayó en la calle se fracturó la mano, una fractura de Colles le dijeron en urgencias. Menos mal que no se partió la cara. Cogió mucho miedo a salir. Y siempre con dolores y dolores de espalda, que llegaban a las piernas. No. A ella no le iba a pasar eso. Una compañera de trabajo le ha recomendado ir a una clínica nueva que dice hacen una medicina natural. Ella va a tomar el control de su vida. Es joven. Le queda mucha vida y quiere disfrutarla-se dice-. Sus hijos ya van-es lógico-un poco a lo suyo. Es ley de vida. Ella ahora le toca reinventarse. Le va a poner las pilas a su marido. Él también debe cuidarse. Ambos se necesitan. Pero si no lo hace…ella sí lo hará.

Una historia inventada

Pero les aseguro que con matices es una de las muchas que he escuchado en más de 35 años de profesión. Especialmente desde que me dedico a la medicina integrativa. Por una parte es cosa buena ver a muchas mujeres que como Marta no dejan que la vida las aplaste, las haga perder emoción y deseo de vivir. Muchas personas deben conocer que lo primero “es saber”, no cómo su médico, no queremos que sea un mini médico; saber para ayudar a su médico y a usted misma.

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