Proteger el cerebro: limpieza cerebral

Varón de 60 años que se queja de fatiga global, estado depresivo y deficiencia de memoria. Ex militar con dos traumatismos craneoencefálicos a lo largo de su vida el primero en un entrenamiento de combate (20 años), segundo accidente de moto hace 13 años. Un estudio permitió detectar alteraciones en las funciones intelectuales, disminución de memoria y reflexión acompañada de agitación, irritabilidad, agresividad y confusión mental. Murió con 72 años de demencia
profunda.

Publicado en J. Neuropathol Esp Neurol 2018 Jan  1; 77(1): 50-63 Dementia after moderate-severe traumatic brain injury: coexistente of multiple proteinophathies. Keeney K et al.

Un hecho histórico

El envejecimiento poblacional ha representado uno de los grandes éxitos de la Humanidad de los últimos años. Un hecho histórico sin antecedentes generales, pero nos hemos olvidado que “lo importante no es la longevidad sino la calidad de vida”. Junto al incremento de vida de cohortes enteras, se ha producido un paralelo conflicto, el aumento de las enfermedades crónicas, incluidas entre ellas las denominadas neurodegenerativas.

Este grupo de patologías al que dedicaremos en el futuro un amplio texto, en formato de conferencia, sobre el incremento de las patologías crónicas en general nos obligan a desarrollar acciones de anticiparse. No podemos esperar a que la enfermedad se desencadene y “tratar de empezar a tratar”. Hemos perdido un tiempo precioso que nos podría haber permitido retrasar, torcer en el tiempo un proceso, que sabemos tiene un camino marcado.

¿Cómo se ve dentro de 20-30 años? Quizá esté preocupada/do por su pensión y tenga un fondo de pensiones. Pero ¿y usted? piensa hacer algo por mejorar su calidad de vida, reducir sus hábitos inadecuados, comer y dormir correctamente, reducir y gestionar su estrés. Evitar el sedentarismo.

Fomentar estilos de vida positivos que permitan alcanzar edades avanzadas, independientes, en buenas condiciones físicas e intelectuales.

Sin esperas

En los últimos años se pone de manifiesto un cambio de acción dentro de la salud y la medicina. Poner objetivo en salud significa no esperar a la enfermedad, sino mantener e incrementar la salud.

Es necesario poner a disposición del afectado/a un equipo de profesionales que trabajen juntos destinados a ayudarle, establecer un diagnóstico de situación, proponer planes de acción en el ámbito de los cambios de vida, nutrición y alimentación, planes de ejercicio físico, mejora del sueño, control del estrés y recuperación de los efectos del mismo mejorando su bienestar global. Sintiéndose más fuerte, enérgico, preciso.

Controlando su peso, mejorando su actividad gastrointestinal, facilitando que su hígado elimine mejor (detoxifique mejor).

A través de un trabajo donde se suman conocimientos ortodoxos y nuevas tecnologías (en campo de cronobiología, inmunosenescencia, estudios genéticos y sus polimorfismos clínicos..) podemos anticiparnos a lo que está pasando, los cambios que experimenta su cuerpo y cerebro y que en analíticas tradicionales muchas veces no se identifican, retrasando acciones.

Se debe trabajar en equipo porque nuestro cuerpo es un todo, que como un puzzle, cada pieza se relaciona con las otras. Y todas son importantes. Los niveles hormonales van cambiando con el tiempo: tiroides, adrenales, hormonas sexuales descienden su actividad. Actuar en una parte no es suficiente.

El sistema glinfático

Por ejemplo, el sistema glinfático es un sistema de eliminación del cerebro, una forma de limpieza y deshacerse de desechos. Un órgano (el cerebro), que llega a eliminar 1,3 kilos de desechos al año. El sistema de limpieza del cerebro es suyo propio. Hoy, gracias a la microscopia por excitación de dos fotones, hemos comprobado esta función. Complejos sistemas de canalización donde unas células neurológicas específicas, llamadas astrocitos juegan un papel esencial que permite eliminar liquido intersticial dentro del espacio cerebral vierte al espacio extravascular y elimina el hígado y los riñones.

Grandy en 1980 lo vislumbró. Esta limpieza se hace especialmente por la noche. El sueño permite la limpieza. Un sueño inadecuado supone alteraciones en depósitos.

En ratones viejos estos sistemas de limpieza se reducen un 90%. Reducen la eliminación de los beta amiloides. A partir de los 50 años ya se reduce un 66%. Y tanto el envejecimiento como los traumatismos craneales socavan este mecanismo.

¿Cómo mantener el sistema glinfático?

De entrada: Dormir lo suficiente. La mejor posición es la decúbito lateral, la peor, la decúbito prono. El alcohol a dosis pequeña favorecerá la actividad del sistema glinfático.

Y lo hace junto al ejercicio y al ayuno intermitente. Dieta mediterránea, ejemplo de dieta mediterránea, y como máximo dos copas al día.

Todo este sistema junto a los procesos detoxificación hepáticas son vitales.

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